¡Nuevo blog!


Pues aquí estoy. La misma que la de "En Turquía no hay turquesas", pero con una condición más que ha revolucionado mi vida: ahora soy mamá....y muchas cosas más. Este fin de semana he reflexionado mucho acerca de mi vida ahora y creo que es el momento de lanzarme de nuevo a la aventura de escribirlo. Hemos estado en una boda festivalera en un pueblecito de Badajoz, Alburquerque, donde la novia me ha jurado que ella no piensa tener hijos, donde la única amiga con niños era yo (bueno, con niño y con barrigón que chiva mi estado de "buena esperanza" de nuevo) y donde el resto de invitados siguen a sus "treinta y" con planes de la temática de la boda: festivales de música, "salir, beber, el rollo de siempre"... que cantaría mi querido Extremoduro. 

Y una, que ha estudiado Periodismo, se resiste a dejarlo del todo narrando, aunque sea, las crónicas de su propia vida en este momento tan bonito. Porque, en el camino de vuelta, miraba por el espejo retrovisor a mis compañeros de aventuras ahora, un chico muy guapo con el que he decidido compartir todo esto y un pequeñito rubio, tan guapo y parecido al primero que da miedo y que nos ha metido en este maravilloso lío, a la vez que sentía las patadas del segundo que está en camino y no podía evitar sentir que todo está en su sitio. 

El camino de la maternidad es duro, la mayoría de las veces, sobre todo cuando tu hijo decide no echarse la siesta y tu llevas una hora a su lado en la cama dando cabezadas, mientras él se entretiene con tu pelo, apretándote los ojos o metiéndote sus deditos en la nariz... Pero a la par es gratificante y revolucionario, como decía al principio, eso sí, tienes que dejarte llevar.

Y después de trabajar en agencias de comunicación, de noticias, en medios, en editoriales... (y que nada de eso sea lo tuyo, ¡por Dios con la labor de Community Manager!) de irte a Kenia a vivir la aventura de tu vida con el guapo del que antes hablaba, de volver y meterte en unas oposiciones de la carrera diplomática durante dos años, porque allí estuviste colaborando en la Embajada... te quedas embarazada y todo empieza a cobrar sentido. Y te lees el libro de "Historia de una maestra", de Josefina Aldecoa, en los ratos en los que das el pecho al peque (que son infinitos), y te encuentras con tu profesora de Lengua y Literatura del instituto...y le das muchas vueltas, pero, ¡qué coño!, eras una friky de los análisis de oraciones, de Machado y de cualquier manual de literatura que caía en tus manos y tal y como te fuiste a Kenia y como te quedaste embarazada...te metes de lleno en el mundo de la docencia. 

Así que ya me he presentado: soy mamá casi por partida doble (y lo que te rondaré, mi guapo, que hay que hacer un equipo de rugby, de fútbol o de lo que sea, pero mixto y siempre contigo) voy camino de ser profe de Lengua y Literatura de instituto, y me gusta escribir, viajar aquí al lado o a las Chimbambas y, supongo, que dejarme llevar. 






Comentarios

Entradas populares de este blog

Resiliencia

Otoño